domingo, 15 de mayo de 2011

Pilos, la vieja Navarino de los italianos

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Pylos, la vieja Navarino de los italianos

La joven ciudad de Pilos (fundada por los franceses después de la batalla de Navarino, en el siglo pasado) está situada en el fondo de la magnífica bahía que dio nombre a la batalla y es una ciudad acorde con la belleza de su emplazamiento. Sus estrechas calles descienden por la ladera de la montaña hasta la gran plaza de Trion Navarón, o de los tres Almirantes, una plaza cubierta de enormes tilos bajo cuya sombra se esparcen numerosas terrazas. Aunque era nuestra intención seguir directos hasta Methoni, la atractiva plaza ejerce sobre nosotros una atracción que no somos capaces de resistir y que nos obliga a cambiar nuestros planes. Nos sentamos pues bajo la agradable sombra y, refresco en mano, recordamos el último suspiro de la resistencia turca en el Peloponeso.

¿Quién dice que inventó el fútbol?
 Era el 20 de Octubre del año de gracia de 1827. Las escuadras aliadas de Francia, Gran Bretaña y Rusia, después de haber sido reconocida la independencia griega por sus respectivos países, patrullaban la zona con la pretensión de intimidar a Ibrahim Pachá cuya flota, compuesta por unos 82 navíos, seguía presionando la región independizada del Peloponeso. El objetivo aliado no era la guerra sino únicamente el conseguir de "la gran Puerta" un armisticio que supusiera el reconocimiento a lo que ya era una independencia "de facto". Las fuerzas aliadas, formadas por veintiséis navíos, eran menores en número a las otomanas, si bien sus barcos eran más modernos y mejor armados. Dado que ambas potencias no se habían declarado formalmente la guerra no había intención de entrar en combate por ninguna de las partes pero, como las armas las carga el diablo, en la oscuridad de la noche una fragata egipcia disparó contra una inglesa. La respuesta aliada fue inmediata y ambas escuadras entraron en combate. ¿El resultado? Increíble: Los turcos perdieron 53 buques por ninguno los aliados (las bajas aliadas fueron de 127 mientras que las turcas se estimaron en unas 6.000). Un año más tarde la independencia griega, tan soñada por hombres como Byron y sus compañeros filohelenos, fue un hecho.

Como hemos visto, Pilos es una ciudad reciente que no debe confundirse con la arenosa Pilos de la que habla Homero y cuya situación ha de buscarse quince kilómetros más al Norte, en las proximidades del palacio de Néstor. Sin embargo, encaramados en la colina que bordea la bahía por el Sur, al lado de la carretera que lleva a Methoni, se conservan dos castillos franco-venecianos desde los que se tiene una extraordinaria vista sobre la bahía.